viernes, 17 de abril de 2020

CULTURA Y OBJETO CULTURAL


Como ya venimos hablando, cultura, en su sentido más amplio, tiene un doble significado: por un lado es el “cultivo” de las capacidades humanas, y por el otro es el resultado del ejercicio de estas capacidades.  Es decir, que tenemos en primer lugar el proceso de producción de los objetos culturales y su transformación por el hombre, y en segundo lugar lo efectivamente creado por el hombre, es decir, los objetos culturales.  Los objetos culturales pueden ser materiales (edificios, esculturas, vestimenta) o inmateriales (creencias religiosas, tradiciones, códigos morales, ideas filosóficas, postulados científicos), pero, como todo objeto cultural, las distintas comunidades les asignan o les incorporan valores.  Estos valores, y el sentido que tienen para el hombre, son estudiados por la filosofía de la cultura.
La antropología (ciencia que estudia al hombre usando generalmente métodos comparativos) se puede dividir en antropología física (que analiza los cambios en la especie humana a través del tiempo y del espacio) y la antropología cultural (que estudia y compara las sociedades y las culturas).  La antropología cultural, para analizar las formas de difusión de las creencias, las instituciones y sus estructuras de poder, las relaciones familiares, los utensilios, los procedimientos y técnicas, y todos los aspectos que conforman una cultura, se nutre fundamentalmente de los datos que le brindan la antropología física, la etnografía (que observa en su hábitat y describe a los pueblos diferentes de los europeos que subsisten en la actualidad) y la arqueología (que estudia los restos culturales antiguos que sobrevivieron al paso de los siglos, como cerámicas, construcciones, objetos, a fin de reconstruir históricamente los modos de vida de los pueblos que ya no existen).
La antropología filosófica, que reflexiona sobre algunas cuestiones muy similares a las de la antropología cultural, tiende a centrarse en el problema de la naturaleza del hombre en el mundo.  A fin de determinar el tan amplio concepto de cultura, el filósofo de la ciencia Mario Bunge propuso tratar a la cultura como uno de los subsistemas de la sociedad, ya que las actividades culturales son actividades sociales llevadas a cabo por individuos, solos o en cooperación con otros.  De este modo, la cultura no incluye a la economía o a la política (que serían otros subsistemas de la sociedad), pero sí está integrada por el arte, la ideología, la tecnología, las humanidades, la ciencia, la matemática.  Cada uno de estos subsistemas es estudiado por distintos especialistas.

CAMBIO Y TRANSFORMACIÓN EN LA CULTURA

Una característica constante en toda cultura es el cambio.  En cualquier sociedad habrá quien quiera el cambio y quienes se resistan; las transformaciones serán un producto de ambas tendencias.  En general, las sociedades más aisladas, que han logrado un buen equilibrio con el ecosistema para tener un nivel de vida que consideran aceptable, son más resistentes al cambio.  En cambio, las que viven en ciudades donde el intercambio con otras comunidades es frecuente, y están más habituadas al trato con culturas diferentes, son más permeables a las novedades.
Estas innovaciones pueden tener más de un origen: pueden haber sido generadas dentro de la misma sociedad (por ejemplo, para resolver un problema como la ruptura del equilibrio ecológico, sequías, inundaciones, plagas, o por la aparición de inventos o descubrimientos, o en la búsqueda de soluciones a conflictos sociales, etc), o bien son producto del contacto con otros grupos o sociedades.
Los elementos culturales de una comunidad pueden originarse, entonces, en la misma comunidad, o ser ajenos, adquiridos por contacto o difusión.  Apropiarse de elementos foráneos no implica necesariamente dominación o dependencia de otra cultura: depende de la causa por la cual se incorporan, y quien tiene la decisión de la incorporación del cambio.  Los elementos apropiados por una comunidad pasan a integrar su propia cultura, junto con los elementos originales (por ejemplo, el violín o el acordeón en el litoral, o el arpa en Paraguay).  En cambio, cuando la decisión no es de la propia comunidad sino que es ajena, la cultura es impuesta.  En este caso, si la cultura es impuesta y no genera una respuesta creativa de la propia comunidad, se produce la pérdida cultural.
Cuando un pueblo llega a otros territorios por medio del comercio o de la conquista, puede tener varias actitudes con respecto a la diferencia cultural: aceptarla como válida para esa sociedad, despreciarla como inferior, o tratar de destruir las características culturales consideradas como negativas para el pueblo conquistador.
Si el descubrimiento se produce con respeto por el otro, con valoración de la cultura y sus habitantes, es probable que cada comunidad tome de la otra los elementos que le resulten útiles: se trata entonces de un encuentro que trae como consecuencia una transculturación, un intercambio de elementos culturales que transforme en cierta medida a ambas culturas.
Cuando una sociedad somete a otra, generalmente mediante la fuerza o la presión económica, trabaja fundamentalmente sobre su sistema ideológico a fin de minarlo, descalificándolo, para derrumbar sus pilares y poder imponer sobre ellos un nuevo sistema ideológico que acepte esa dominación.  Ese proceso se denomina deculturación.
Una vez dominado el pueblo, vaciado o descalificada su cultura, los conquistadores inician el proceso de aculturación.  De este modo, se imponen valores culturales que son presentados como único modelo válido en todas las esferas de la vida del individuo: se sustituye la cultura autóctona por la de los colonizadores, pero no en igualdad de oportunidades, ya que los dominados generalmente deben trabajar para los primeros.  Mediante la aculturación se confunden los factores de identificación de una cultura, y los miembros de esa comunidad llegan a aceptar su propia cultura como inferior a la impuesta.
Sin embargo, la deculturación nunca es completa; siempre permanecen rasgos culturales propios que resisten a la imposición, aun formando parte de una cultura enajenada.  A veces toman la forma de sincretismo cultural o religioso, mediante el cual persisten, disfrazados u ocultos bajo nuevas formas, elementos culturales o religiosos de profunda significación para el pueblo sometido.  Su reconocimiento es un instrumento indispensable para la lucha por la liberación de la nación subyugada.



TRANSCULTURACIÓN

La transculturación es un fenómeno que ocurre cuando un grupo social recibe y adopta las formas culturales que provienen de otro grupo. La comunidad, por lo tanto, termina sustituyendo en mayor o menor medida sus propias prácticas culturales.
El concepto fue desarrollado en el campo de la antropología. El antropólogo cubano Fernando Ortiz Fernández (18811969) es señalado como el responsable de acuñar la noción en el marco de sus estudios sobre el contacto cultural entre distintos grupos.
Además de todo lo expuesto tenemos que subrayar que este fenómeno de la transculturación se puede dividir en distintos tipos. Así, está la colonización, la inmigración, el renacimiento o la recepción a distancia.
Cualquiera de estas modalidades da lugar a que esa adopción de formas culturales se haga palpable en distintos ámbitos de la sociedad. De esta manera, lo más frecuente es que esos cambios sean apreciables de forma más palpable en el idioma, en la forma de vestir, en materia cultural o incluso a nivel profesional.
Un claro ejemplo de transculturación lo podemos ver en América a partir del descubrimiento que del continente realizó Cristóbal Colón en el año 1492. Con la colonización de estas tierras los habitantes de las mismas vieron como su patrimonio cultural daba un giro radical en muchos aspectos y quizás uno de los cambios que mejor muestra ese cambio es que la Iglesia Católica intentó imponerles sus creencias a toda costa.
Actualmente, los niveles de inmigración existentes y también la llamada globalización son los fenómenos que están permitiendo que crezcan de manera palpable los niveles de transculturación existentes.
El significado del término cambió a lo largo de los años, sobre todo respecto a su campo de acción. En un principio, la transculturación era entendida como un proceso que se desarrollaba de forma gradual hasta producirse la aculturación (cuando una cultura se impone a otra).
Aunque la transculturación puede desarrollarse sin conflicto, lo habitual es que el proceso genere enfrentamientos ya que la cultura receptora sufre la imposición de rasgos que, hasta entonces, le eran ajenos.
Poco a poco, la transculturación comenzó a utilizarse para describir los cambios culturales que se producen con el paso del tiempo. En este sentido, la transculturación no implica necesariamente un conflicto, sino que consiste en un fenómeno de enriquecimiento cultural.
Concretamente podemos establecer que el proceso de transculturación se divide en tres fases: la pérdida parcial de la cultura, la incorporación de lo que es la cultura externa y finalmente el esfuerzo de recomposición que es necesario acometer para que se produzca el equilibrio entre los elementos que han venido de fuera y los que sobreviven de lo que es la cultura originaria.
A nivel más general, puede decirse que la transculturación es la adaptación de los rasgos de una cultura ajena como propios. La transición se produce en diversas fases donde, inevitablemente, se pierden ciertos elementos de la cultura original. Algunos expertos notan que el conflicto se produce en la primera fase de la transculturación, cuando la cultura ajena comienza a imponerse sobre la originaria.



ACULTURACIÓN

Aculturación es el nombre que recibe un proceso que implica la recepción y asimilación de elementos culturales de un grupo humano por parte de otro. De esta forma, un pueblo adquiere una filosofía tradicional diferente a la suya o incorpora determinados aspectos de la cultura descubierta, usualmente en detrimento de las propias bases culturales. La colonización suele ser la causa externa de aculturación más común.
En este sentido, y partiendo de dicha premisa podemos subrayar como ejemplo el momento histórico del descubrimiento de América por parte de Cristóbal Colón. Y es que dicha acción dio lugar a que los indígenas de las mencionadas zonas descubiertas se vieran en la obligación y en la necesidad de llevar a cabo un proceso de aculturación. Así, entre otras cosas, tuvieron que ir asimilando las creencias religiosas cristianas de España.
Una nación esta que siglos atrás se encontró en la posición de los citados americanos y es que, cuando se produjo la llegada del Imperio Romano a la Península Ibérica dicha tierra, sus ciudadanos, no tuvo más opción que ir haciendo suyas determinadas tradiciones, formas de funcionamiento de la sociedad o creencias que pertenecían a aquel.
Pero los casos similares a estos que se han producido a lo largo de la historia de la humanidad son muchos y variados. Entre los mismos también puede resaltarse que los aborígenes africanos durante el siglo XIX se vieron sometidos a un proceso de aculturación, tanto en cuanto a valores religiosos como a costumbres o a la lengua, por culpa de los diversos movimientos colonizadores a los que se vieron sometidos.
Los procesos de aculturación poseen distintos grados de supervivencia, dominación, resistencia, destrucción, modificación y adaptación de las culturas nativas una vez producido el acercamiento intercultural. Este procedimiento contempla la interiorización, la valoración y la identificación de los valores culturales.
La aculturación puede llevarse a cabo por la influencia de una corriente ideológica sistemática, consistente y que se mantiene en el tiempo, aunque en casos más simples termina imponiéndose la cultura por el peso que posee la mayoría respecto a otra filosofía cultural.
Hay especialistas que diferencian entre la aculturación de un individuo (denominada como transculturación) y de un grupo humano. El concepto también ha generado debate en las comunidades actuales de perfil multicultural, en la cual los descendientes de inmigrantes son estimulados a adoptar una cultura dominante aunque se los llama además a aprender sobre la cultura familiar.
Otras nociones relacionadas con la aculturación son el sincretismo (un sistema filosófico integrado por elementos que nacen de la unión y la conciliación de doctrinas distintas), la enculturación (el proceso mediante el cual una cultura establecida se enseña a una persona con la repetición sus normas y valores aceptados) y la comunicación intercultural (analizada por diferentes disciplinas, como la antropología, la psicología y las ciencias de la comunicación social).
En este sentido, y antes de finalizar la definición del concepto que nos ocupa, hay que subrayar que precisamente dentro de la citada Antropología fue donde apareció por primera vez la palabra aculturación. Más concretamente lo hizo en el año 1880 de mano de figuras importantes en esta área como Boas, Margaret Mead o McGee.



DECULTURACIÓN

El diccionario de la Real Academia Española (RAE) no incluye el término deculturación. La noción alude al proceso que provoca la pérdida de la identidad cultural de un individuo mientras se adapta a otra cultura distinta.
La deculturación, por lo tanto, se desarrolla cuando un sujeto o una comunidad van perdiendo sus características culturales de manera paulatina en el marco de su adaptación a una cultura diferente. El concepto en ocasiones se confunde con otros similares, como aculturación o enculturación.
Se denomina aculturación a la incorporación a la propia cultura de elementos provenientes de otra. La enculturación, por su parte, supone la transmisión de caracteres culturales de una cultura a otra. En el caso de deculturación, en cambio, una cultura es dejada de lado para la adopción de una distinta.
Para que algunos de estos procesos puedan llevarse a cabo, se necesita que dos o más culturas estén en contacto durante un periodo extenso. Cada cultura tiene una determinada estructura y ciertas “zonas” donde, por sus características, la fusión o la asimilación se desarrollan con mayor facilidad.
Lo habitual es que haya una cultura dominante que se imponga sobre la otra haciendo uso de diversos mecanismos. Supongamos que dos ciudades limítrofes, pertenecientes a distintos países, están en permanente contacto más allá de la frontera que marca la separación de cada nación. En una de ellas, de mayor poderío económico, se habla inglés; en la otra, castellano. En la ciudad donde se habla castellano, sin embargo, de a poco comienzan a utilizarse términos en inglés debido a la influencia de los medios de comunicación y de los productos de la otra. Los habitantes, por otra parte, adoptan costumbres y tradiciones de sus vecinos, abandonando las propias. Puede decirse que en la ciudad latina, por lo tanto, se lleva a cabo un proceso de deculturación.
La globalización es uno de los fenómenos que se considera que más está apostando tanto por la deculturación como por la aculturación y por la enculturación. Precisamente un claro ejemplo de esto en relación al primer término que nos ocupa es que cada vez más en España y en países de América del Sur se está dejando de lado una tradición como es la celebración del Día de los Difuntos.
En concreto, lo que está sucediendo es que las generaciones más jóvenes no lo festejan como se venía haciendo desde hace muchas décadas. Ahora aquellas lo que hacen es conmemorar tal fecha con una fiesta que nada tiene que ver con la costumbre de sus respectivos países. Y es que optan por decantarse por Halloween, lo que les lleva simplemente a disfrazarse y a acudir a algún evento para pasarlo en grande con comida y bebida.
Sin embargo, estas costumbres se siguen manteniendo gracias a multitud de personas que siguen honrando a sus difuntos llevándoles flores al cementerio y no bailando en una discoteca disfrazadas de cualquier personaje de terror.
Además de todo lo indicado, no podemos pasar por alto el hecho de que, en la mayoría de las ocasiones, la deculturación se produce como consecuencia de una prohibición o incluso de una imposición.
Ejemplos de ese fenómeno que nos ocupan son, como hemos conocido a lo largo de la historia, desde sustituir la lengua que se venía utilizando por otra hasta modificar por completo las maneras de alimentarse e incluso de vestir.



INTERCULTURALIDAD


El concepto de interculturalidad apunta a describir la interacción entre dos o más culturas de un modo horizontal y sinérgico. Esto supone que ninguno de los conjuntos se encuentra por encima de otro, una condición que favorece la integración y la convivencia armónica de todos los individuos.
Cabe resaltar que este tipo de relaciones interculturales supone el respeto hacia la diversidad; aunque es inevitable el desarrollo de conflictos, éstos se resuelven a través del respeto, el diálogo y la concertación.
Pese a que la idea de interculturalidad nació hace relativamente poco, no fueron pocos los investigadores de la comunicación, la antropología, la sociología y el marketing que han trabajado sobre el concepto. La noción se diferencia del multiculturalismo y del pluralismo por su intención directa de promover el diálogo y el acercamiento entre culturas.
Hay que tener en cuenta que la interculturalidad depende de múltiples factores, como las distintas concepciones de cultura, los obstáculos comunicativos, la carencia de políticas estatales, las jerarquías sociales y las diferencias económicas. Además de acuerdo a la perspectiva con la que sea observada puede entenderse de una u otra forma. Por ejemplo si se analiza el concepto desde la ética podemos descubrir que la forma en la que ésta se involucra en el enraizamiento de los valores sociales es a través de la promoción del respeto de la diversidad, donde cada persona tiene derecho a ser como desea y el mismo paradigma vale para los colectivos. La ética intenta inculcar valores afines para construir sociedades democráticas, integradas y donde la armonía sea protagonista de la interacción social.
comunidades, ya que a través del intercambio de una cultura variada pueden conseguirse beneficios extensos para los individuos y los grupos que conforman dicha comunidad.

Por otro lado, si el análisis lo realizamos desde cada individuo podemos decir que tener una forma de vivir donde la interculturalidad y la integración sean baluartes indiscutibles, las posibilidades que se abrirán ante nuestros ojos serán más variadas, permitiremos entrar en contacto con personas absolutamente diferentes a nosotros sin por ello contradecir nuestra propia identidad y pudiendo enriquecernos ampliamente.
Existen muchas formas de promover la interculturalidad en una sociedad. En primer lugar el trabajo reside en las familias, donde los niños deben criarse libremente, sin imponerles ideas o conocimientos estrictos, sino inspirándolos a pensar y perder el miedo a aquello que es diferente. En segundo lugar en las comunidades deben desarrollarse proyectos que busquen eliminar de forma progresiva los prejuicios y aquellas preconcepciones en torno a ciertos individuos o grupos. Por último, la integración debe promoverse desde los más altos cargos, permitiendo que cualquier ciudadano acceda a lo mismos derechos sin anteponer a la esencia del ser, sus capacidades, tendencias de cualquier tipo o su lugar de origen.
Es necesario aclarar otras formas en las que puede entenderse el concepto. La interculturalidad interpersonal, sucede cuando individuos de distintas culturas entran en contacto directo a partir de algún medio electrónico, como Internet, la radio o la televisión.
Además, el análisis del enfoque intercultural siempre consta de tres etapas: la negociación (la simbiosis que se requiere para lograr la comprensión y evitar la confrontación), la penetración (salir del propio lugar para tomar el punto de vista del otro) y la descentralización (una perspectiva de reflexión).
Por último, cabe mencionar que para que la interculturalidad sea efectiva es necesario que se cumplan tres actitudes básicas, como la visión dinámica de las culturas, el convencimiento de que los vínculos cercanos sólo son posibles por medio de la comunicación y la conformación de una amplia ciudadanía donde exista la igualdad de derechos.

ACTIVIDAD

1) Exlicar qué son los Objetos Culturales
2) ¿Qué importancia tienen los cambios en la transformación de la cultura?
3) ¿Cuándo un "elemento cultural" es apropiado y cuándo impuesto?
4) A partir de lo leído, explicar con tus palabras los conceptos de:

a) Transculturación
b) Aculturación
c) Deculturación
d) Interculturalidad

5) ¿Por qué crees que puede ser importante entender y practicar la interculturalidad?